Dr. Kevin Theriot es consejero de LDS Family Services. Aquí, comparte sus pensamientos con nosotros sobre por qué es importante seguir siempre el ejemplo del Salvador y ser amable con los demás que nos rodean.
Ser amable podría considerarse una parte básica del evangelio de Jesucristo. Hay muchas escrituras, así como declaraciones de profetas de los últimos días que apoyan esta práctica conductual humana. Sin embargo, creo que estas dos citas lo captan bien:
“La amabilidad es la esencia de una vida celestial. La bondad es la forma en que una persona cristiana trata a los demás. La bondad debe impregnar todas nuestras palabras y acciones en el trabajo, en la escuela, en la iglesia y especialmente en nuestros hogares”. —Joseph B. Wirthlin
“Como pueblo, se nos aconseja no ser críticos, no ser poco amables, no hablar con dureza de aquellos con los que nos asociamos. Deberíamos ser los mayores ejemplos de todo el mundo en ese sentido. Considere las críticas de hoy. Recoge tus periódicos y ve las cosas poco amables que están diciendo los individuos sobre los demás y, sin embargo, muchas veces el individuo que está criticando tiene un rayo en su propio ojo y no ve nada claramente, pero cree que su hermano tiene una paja en el ojo”. —George Albert Smith
Entonces, ¿por qué hay una tendencia de la gente a mostrar una falta de amabilidad? Si bien hay una serie de posibles explicaciones, el consejo que recibimos tanto de las Escrituras como de los profetas modernos parece claro: tenemos que ser amables con todos.
A medida que crecemos, aprendemos valores y morales que idealmente nos ayudarán a convertirnos en personas amables. Sin embargo, eso no quiere decir que solo seas una buena persona si creciste con esos valores. La experiencia de vida también puede llevarte a darte cuenta de que ser amable es un fuerte predictor de felicidad y éxito personal.
Una forma de desarrollar el atributo de la bondad es practicar la caridad hacia los demás, especialmente en nuestras comunicaciones en línea y en persona. Cuando eres caritativo con alguien, no solo lo estás elevando; también puedes estar mejorando tu propia autoestima en el proceso. Algunos en el campo de las ciencias sociales han señalado que cuando hacemos un acto amable, puede hacer que nuestro cerebro libere endorfinas, las sustancias químicas que nos dan sentimientos de felicidad.
Hacer algo bueno por alguien también puede darle al cerebro un impulso de serotonina, la sustancia química asociada con sentirse en paz con nosotros mismos. A menudo daré la asignación a los clientes a los que estoy aconsejando para realizar actos de bondad al azar todos los días durante un mes. A menudo aumenta su felicidad. Si bien esta asignación no se limita a Internet, parece que la “ciberbondad” podría tener el mismo efecto. No tienes que ir demasiado lejos de tu camino para ser amable, a veces solo enviar a alguien una nota reflexiva es suficiente para ayudarlo a él (e incluso a ti) a sentirse mejor. ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a alguien quejarse de que alguien más era demasiado amable con él?
Por supuesto, no hay nada como experimentar. Establece el objetivo de eliminar toda negatividad en lo que dices, piensas, haces y publicas en línea. ¿Eres más feliz cuando haces estas cosas?