¿Desea Dios que tengamos miedo de Él?

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Un pensamiento sobre Proverbios y Eclesiastés
En ocasiones, las Escrituras hablan del “temor de Jehová”. Aparece varias veces en la lectura de esta semana. Por ejemplo:

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (Proverbios 1:7).
“[C]on el temor de Jehová los hombres se apartan del mal” (Proverbios 16:6).
“Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13).
Pero el Padre Celestial no quiere que tengamos miedo de Él, ¿verdad? Eso no es propio de un Padre amoroso y compasivo.
La palabra “temor” en este contexto significa “respeto” o “reverencia”. Si piensas en ello, hay mucho en común en la forma en que actúas en torno a alguien a quien temes y en torno a alguien a quien respetas. En ambos casos antepones la opinión de la otra persona y permites que ella esté a cargo. Tratas de que se sienta feliz.

La diferencia —y esta es una ENORME diferencia— es lo que sientes hacia esa persona. Debes dejar que Dios prevalezca porque lo amas y confías en Él y sabes que serás bendecido por hacerlo, no porque tengas miedo de cómo reaccionará Él si no lo haces.

El élder David A. Bednar una vez enseñó: “A diferencia del temor del mundo, que crea alarma y ansiedad, el temor del Señor es una fuente de paz, seguridad y confianza […]. [A]barca un profundo sentimiento de reverencia, respeto y asombro por el Señor Jesucristo, la obediencia a Sus mandamientos y la expectativa de que el Juicio Final y la justicia están en Su mano […]. El temor del Señor es amarlo y confiar en Él”1.

Esta semana, cuando leas las Escrituras, podrías probar cambiar la palabra “temor” por “respeto” y ver si eso te ayuda a aprender algo nuevo.