Devocional de Cumpleaños del Presidente Russell M. Nelson

Historias 99+1

Bolivia

Guadalupe G.

“Un día vi un anuncio que decía '¿Quieres saber más sobre Jesucristo?'. Jamás pensé que ese ‘clic’ de sí cambiaría mi vida. Los misioneros me visitaron, me enseñaron más sobre Él, sobre la restauración de la Iglesia y me bauticé el 18 de febrero 2023. Me estoy preparando para servir en una misión. Sé que Nuestro Padre Celestial puso este deseo en mi corazón con un propósito, sé que Él espera más de mí. Voy a esforzarme por ser la gran futura misionera que Él desea. ¡Estoy maravillosamente feliz de ser parte de la Iglesia, amo con mi corazón a cada uno de ustedes, a mis líderes y a nuestro profeta!”.

Bolivia

Colombia

Luisa L.

“Después de 10 años me reencontré con quien hoy en día es mi esposo. En ese tiempo éramos amigos, pero no hablábamos mucho; al volver a verlo pude notar que estaba más feliz que antes. Sabía que había vuelto a la Iglesia. En nuestra primera cita, él me invitó a volver a ser más activa en la Iglesia, esta fue la invitación más poderosa que alguien me haya hecho y el acto de amor más grande que pudo haber tenido hacia mi. Seguí su consejo, y hoy estamos sellados en el templo con una hija nacida en el convenio. Él fue el UNO que salvó mi vida, no porque estuviera mal físicamente, sino espiritualmente. Él me hizo recordar la vida que el Padre Celestial me dio, una vida llena de bendiciones”.

Colombia

Ecuador

Luisa T.

“Recuerdo que acababa de cumplir 18 años cuando uno de mis amigos me inspiró a poder asistir a Instituto. Yo no quería ir porque mi deseo era seguir asistiendo a Seminario. Uno de mis amigos me visitaba todos los días para llevarme a clases de Instituto, hasta que ya no hacía falta porque nació en mí el deseo de seguir aprendiendo. Gracias a la paciencia y dedicación de aquel amigo, terminé todos mis cursos de Instituto. Amo asistir aún cuando ya estoy graduada, he podido ver las bendiciones del Señor y hallar respuestas a todas mis preguntas.”

Ecuador

Perú

Alisson F.

“Retorné de mi misión de Ecuador y ocho meses después perdí a mi mamá. En ese tiempo me pregunté por qué esto me estaba pasando. Después de esa experiencia, me sentí desanimada, pero vino a mi mente una escritura que mi presidente de misión dijo: ‘El Hijo del Hombre ha descendido debajo de todo ello. ¿Eres tú mayor que Él? Tus días son conocidos y tus años no serán acortados; no temas, pues, lo que pueda hacer el hombre, porque Dios estará contigo para siempre jamás’. Desde ese día decidí seguir firme y servir con todo mi corazón. Ello me ha hecho merecedora de conocer a un buen hombre y así sellarme a Él en el hermoso templo de Trujillo. Mi deseo es honrar la labor de mi mamá en la Iglesia por medio de mi servicio. Testifico que el infinito amor de Nuestro Padre Celestial sana corazones rotos y que las promesas del templo se cumplen a su debido tiempo. Estoy agradecida de que mis padres con su ejemplo se hayan sellado a mí. Gracias a este convenio, ahora yo puedo disfrutar de esas bendiciones”.

Perú