En el año 1969 el joven Ricardo de tan solo 18 años fue a visitar a uno de sus amigos en la célebre ciudadela de El Centenario en la ciudad de Guayaquil, el amigo de Ricardo le alquilaba un cuarto a una pareja de jóvenes de casi la misma edad de ellos, eran extranjeros, eran misioneros.
Ricardo escuchó su mensaje y sintió el deseo sincero de llevar a éstos jóvenes a su casa, Ricardo vivía con sus padres Miguel Salazar y Mercedes Orquera y 5 hermanas, Hilda, Ma. Antonieta, Virginia, Patricia y Magdalena.
Fue una gran bendición para esta familia, ese acto de fe de Ricardo hizo posible que la familia Salazar se bautizara en febrero de 1969.
El hermano Miguel Salazar en poco tiempo pasó a ser el presidente de una de las dos ramas que existían en la ciudad de Guayaquil, los años pasaron la iglesia fue creciendo al igual que su familia, el Evangelio colmó la vida de la familia Salazar y poco a poco esas 8 personas pasaron en la actualidad a ser más de 100 miembros de la iglesia y su número sigue creciendo.
La familia Salazar es una de las familias más grandes y de más años en la iglesia, esta dispersa en la mayoría de los barrios y estacas de la ciudad, a cada barrio o estaca que uno visita encuentra remanentes de esta gran familia. El hermano Salazar se selló con su amada esposa Mercedes en el templo de Lima en 1983, 6 años después ella falleció de una trágica enfermedad, el hermano Salazar y su esposa tuvieron 7 hijos, uno de ellos fallecido a los pocos días de nacido, llamado Miguel Ángel. El hermano Miguel tiene 27 nietos, 47 bisnietos y 2 tataranietos, suman más de 123 miembros de la familia Salazar, hay más de 20 familias selladas y 17 misioneros retornados, la primera de las misioneras es su hija Magdalena la menor, los demás son nietos y próximamente saldrán los bisnietos.
El hermano Miguel Salazar está próximo a cumplir 90 años, sigue siendo un miembro fiel de la iglesia, desde que tomo la decisión de aceptar el Evangelio en su vida hace 46 años ha sufrido pérdidas desgarradoras en su familia, como la de su amada esposa, su hijo recién nacido, 3 yernos, uno de sus bisnietos Gustavo Emilio de tan solo 7 años y la de su amado hijo Ricardo, quien hizo posible este legado; aquel joven de 18 años que como en el sueño de Lehi tuvo el deseo de hacer participe a su familia del Evangelio, él falleció en el año 2008 por manos asesinas, al ser victima de un asalto mientras trabajaba.
Al preguntarle al Hermano Salazar por estas dolorosas perdidas el dijo “El Evangelio es verdadero, es real y es eterno, yo se que todos aquellos que han probado la muerte resucitaran, y yo los veré y estaremos juntos, son pocos los que se han ido, los que estamos acá somos mas…luchamos día a día para reunirnos con ellos en la Gloria del Padre..”