Venimos esta tarde en una maravillosa oportunidad. Esto marca el comienzo de lo que parece ser un nuevo día para la obra misional en Sudamérica. Se hizo muy claro para nosotros por el presidente McKay, cuando salimos de Salt Lake City que el más importante propósito de nuestra venida era la organización de dos misiones nuevas en Sudamérica. La primera misión fue organizada el 25 de setiembre en el sur de Brasil, donde las oficinas principales han sido establecidas en Curitiba, la ciudad capital del Estado de Paraná. Ahora con la organización de ésta Misión en el día de hoy, se cumple lo que el Presidente McKay dijo, que era la parte más importante de nuestra asignación. Así que es acerca de esta organización que me gustaría hablar.
Hace ya más de 108 años (1851), que Parley P. Pratt, un miembro del Quórum de los Doce, fue enviado aquí, para ver si una nueva misión podía ser abierta en Chile. Él había estado en las Islas del Pacífico y tenía ahora la posibilidad de una misión aquí. Él llegó a Valparaíso en el momento de una revolución que imposibilitó el establecimiento de una misión. Regresó a casa al año siguiente.
Casi 75 años después, en octubre de 1925, los élderes Melvin J. Ballard, Rulon S. Wells y Ray L. Pratt, fueron enviados a Buenos Aires a dedicar la tierra para la prédica del Evangelio. La oración dedicatoria fue ofrecida por el élder Ballard en el parque de Palermo en Buenos Aires el 25 de diciembre de dicho año y hubo algunas cosas dichas en la oración, que me gustaría que ustedes escucharan:
“y ahora, Oh Padre, por la autoridad de la bendición y designación del Presidente de la Iglesia, y por la autoridad del Santo Apostolado que yo tengo, doy vuelta a la llave de la cerradura, para abrir la puerta para la prédica del Evangelio en estas tierras y nosotros las bendecimos y dedicamos estas naciones para la prédica de tu Evangelio”
El 4 de julio de 1926, el élder Ballard manifestó estas inspiradas palabras y conforme vaya leyendo, ustedes verán que la profecía se está cumpliendo hasta ahora, en forma parcial. He aquí algunas otras palabras que él habló en esa ocasión:
“La Obra del Señor crecerá lentamente por un tiempo aquí, casi como un roble desde una pequeña semilla. No será un brote como el del girasol que crece rápido y luego se muere. Sino que miles se unirán a la Iglesia aquí. Se dividirá en más de una misión y será una de las más fuertes en la Iglesia. La Obra aquí es la más pequeña que podría haber. El día vendrá cuando a los Lamanitas en esta tierra se les haya dado una oportunidad. La misión Sudamericana será un poder en la Iglesia.”
Treinta y cinco años después de que estas palabras fueran expresadas, cinco misiones de la Iglesia con aproximadamente 10,000 miembros y un pequeño ejército entre 400 a 500 misioneros, están haciendo su trabajo aquí. El trabajo no ha sido sensacional, ha crecido lentamente pero seguro.
Nuestra membresía nunca ha disminuido desde que fue establecida y el más grande crecimiento en todas estas misiones ha sido en estos últimos cinco años. Por ejemplo, en la misión de Brasil hubo menos de 1,000 miembros hace cinco años y ahora ellos son más de 3,700.
En la misión Argentina, entre los años 1953 a 1955, eran menos de 80 miembros bautizados en la Iglesia por año, pero en el último año en la Misión Argentina, se bautizaron más de 600 personas. Así como ven, lo que profetizó élder Ballard en esa ocasión, ahora se convierte en realidad.
A mi juicio, no hay misiones en el mundo que ofrezcan tantas promesas como las misiones en Sudamérica. La Obra está caminando en continuo crecimiento y todavía no hemos visto el final del número de misiones que se abrirán, pero hay algunos de ustedes aquí, que verán el futuro crecimiento.
De manera semejante, la Obra aquí en el Perú ha sido más productiva en la conversión que en cualquier otra parte de la Misión Uruguaya de la que formaba parte. Ahora tenemos cinco ramas en Perú, dos aquí en la ciudad de Lima, una en Toquepala, una en Tacna y una en Arequipa.
Ahora tenemos bajo estudio, otro territorio que se puede agregar a esta misión: Bolivia. Le hemos dado la debida consideración sobre este punto y nos parece que hay tres excelentes ciudades en las cuales se puede iniciar la obra misional. Actualmente no parece prudente ir a Bolivia, debido a ciertos disturbios internos, pero cuando llegue la oportunidad, nos parece claro, que la Obra debe abrirse allí. Así es, que por lo tanto se propone que se organice una nueva misión que será conocida como La Misión Andina, conformada por los países de Chile y Perú. (El voto fue unánime.)
Se propone también que la cabecera para esta nueva misión sea establecida en Lima, Perú. Ustedes tendrán la misión más larga de la Iglesia, con una línea costera que tiene 4,800 kilómetros, de punta a punta y la rama más distante, a unos 3,200 kilómetros.
El Presidente J. Vernon Sharp, ya ha sido nombrado y apartado en este actual llamamiento y su esposa, la hermana Fawn Hansen Sharp ha sido apartada como presidenta de la Sociedad de Socorro y para dirigir las organizaciones auxiliares de mujeres en la nueva misión. El primer consejero es el hermano Joseph Robert Quayle; el segundo consejero el élder Wallace Baker, uno de los misioneros a tiempo completo.
Ahora, actuando por el presidente de la Iglesia y por la autoridad de mi Santo Apostolado, declaro la organización de la nueva Misión Andina, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la 50ava misión de la Iglesia. Que el Señor bendiga esta gran misión, que pueda crecer y florecer y que pueda ser el comienzo, del más grande esfuerzo que jamás haya habido.
Sobre este importante acto, en un artículo tomado de una sección del The Deseret News Church, se lee:
“EL PRESIDENTE SHARP PRESIDE LA MISIÓN ANDINA. Esta será la segunda misión del Presidente Sharp en Sudamérica, él ha sido uno de los primeros misioneros en esa tierra, desde que fue abierta para el proselitismo en el año1925.
Los Sharp llegaron a Lima el 6 de octubre de 1959 y se reunieron con Frederick S. Williams quien había sido misionero con el élder Sharp en Argentina de 1926 a 1927.
El 29 de octubre de 1959, en Santiago de Chile, se llevó a cabo una conferencia a la que concurrieron unas 300 personas. En esta reunión el presidente Harold B. Lee presentó los nombres de la presidencia de La misión Andina y explicó que la cabecera del sur sería en Santiago de Chile, pero la oficina principal sería en Lima, Perú.
La Primera Presidencia y los Doce, han decidido organizar una nueva misión constituida por los dos países de Perú y Chile. El nombre escogido para esta nueva misión fue La Misión Andina. Citando al élder Harold B. Lee: “Se propone que sostengamos como Presidente de la Misión Andina al hermano James Vernon Sharp, como primer consejero a Joseph Robert Quayle y como segundo consejero al élder Wallace H. Baker.
Lima, Perú, será nombrada como la principal cabecera de la misión y hay aquí (en Chile) siete ramas con 500 miembros y cuatro ramas con 300 miembros en el Perú, o sea un total de once ramas con 800 miembros. Actualmente, tendremos trabajando en Chile 32 misioneros, e incluyendo los que trabajarán en las oficinas de Perú, habrá 28, lo que conformará, un total de 60 misioneros, con los que comenzaremos la Obra en la misión”.