Misionero por un día: Anécdotas de Nancy Alarcón y su presidencia

Los misioneros con un niño

DyC 18:10:

DyC 18:10:

“Recordad que el avalor de las balmas es grande a la vista de Dios.”

“Recordad que el avalor de las balmas es grande a la vista de Dios.”

Nos emocionamos mucho al organizar la actividad. Nuestro objetivo era que los niños de la primaria tuvieran la experiencia de predicar el evangelio y compartir con otros el testimonio que tienen de la Iglesia, y así fortalecerlo su propio testimonio. Sabemos que los niños poseen un espíritu muy especial, y eso les permitiría llegar al corazón de las personas. Así que convertimos a nuestra estaca Pachacamac en una misión para ellos, la cual llamamos “La Misión Pachacamac”.

Organizamos distritos, compañerismos, maestros, líderes de distritos y todo para que nuestra estaca se convirtiera en un CCM para ellos. Allí, se prepararon para invitar a los hijos de Dios a creer en Cristo y venir a Él.
Planeamos todo para que fueran capacitados, tal como a los misioneros. Invitamos a los misioneros de regla que nos ayudaran durante ese día siendo sus maestros. También tuvimos el apoyo de los misioneros retornados de la estaca, quienes ese día fungieron como sus líderes.

A la actividad asistieron 78 niños (7-11 años), 3 de ellos eran investigadores. También nos acompañaron 25 padres y líderes.

“No intentes declarar mi palabra, sino primero procura obtenerla, y entonces será desatada tu lengua; luego, si lo deseas, tendrás mi Espíritu y mi palabra, sí, el poder de Dios para convencer a los hombres.” (DyC 11:21)

“No intentes declarar mi palabra, sino primero procura obtenerla, y entonces será desatada tu lengua; luego, si lo deseas, tendrás mi Espíritu y mi palabra, sí, el poder de Dios para convencer a los hombres.” (DyC 11:21)

Al verlos salir en distritos y de dos en dos, sentimos el gran deseo que ellos tenían de ir y hacer lo que se les había mandado, ya que saba﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ lo que se les habia aar la actividad. ían que Dios prepararía el camino.

ir y hacer lo que se les había mandado

saba﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ lo que se les habia aar la actividad. ían que Dios prepararía el camino

Eran espíritus grandes en cuerpos pequeños. Tocaron puertas, enseñaron, testificaron e invitaron a escuchar a los misioneros. Como todos unos misioneros de regla, en compañerismos, no dejaron que los rechazaran y menos dejaban pasar una sola alma sin que antes escuchara lo que deseaban compartir.  Uno animaba al otro y se cuidaban entre sí. “ y os será dado en la hora precisa la porción que le será medida a cada hombre.” (véase D. y C. 84:85).

“ y os será dado en la hora precisa la porción que le será medida a cada hombre.” (véase D. y C. 84:85).

Al regresar a la estaca vimos lo cansados pero felices que estaban. Todos ellos llenos de experiencias y muchas referencias. Nos compartieron que al inicio no fue fácil. Sentían un poco de temor y nervios, pero que después no querían parar de tocar puertas y conversar con las personas que pasaban. Sintieron el amor de Dios y Su protección cuando caminaban y encontraban algunas dificultades, como los perros que  les ladraban, o alguien que no quería escucharles. Pero no se desanimaron y continuaron firmes con su propósito. Logramos obtener 107 referencias.


Como recuerdo, entregamos a cada niño que participó una placa (gafete) el cual indicaba que eran misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Al regresar a sus casas, vimos que portaban esta placa en el pecho con tanto gozo e irradiaban una luz especial por lo que habían experimentado, tal como cantan en la primaria:

Yo quiero ser un misionero ya.

Yo quiero ser un misionero ya.

A ser grande no quiero esperar.

A ser grande no quiero esperar.

El evangelio quiero predicar;

El evangelio quiero predicar;

aunque niño soy, yo sé que es verdad.

aunque niño soy, yo sé que es verdad.

A mis amigos les quiero decir

A mis amigos les quiero decir

que esta Iglesia me hace muy feliz.

que esta Iglesia me hace muy feliz.

Que el Evangelio se restauró.

Que el Evangelio se restauró.

Que El Libro de Mormón se reveló.

Que El Libro de Mormón se reveló.

Entonces misionero puedo ser.

Entonces misionero puedo ser.

No necesito yo crecer.

No necesito yo crecer.

Y cada día he de ser mejor,

Y cada día he de ser mejor,

y verán que tengo un testimonio de verdad,

y verán que tengo un testimonio de verdad,

un testimonio en mi corazón.
 

un testimonio en mi corazón.

Canciones para los Niños, #90

Canciones para los Niños, #90


Al siguiente domingo, ellos ellos fueron invitados por los obispos a compartir sus testimonios sobre la actividad. Uno a uno, y más valientes que nunca, salieron y testificaron de la veracidad de la Iglesia y del Libro de Mormón. Además expresaron que aunque no fue sencillo, aun asi deseaban con todo su corazón servir una misión de tiempo completo. Testificaron del trabajo que hacen los misioneros. Una luz brillaba en ellos.

Nunca imaginamos el gran impacto que tendría esta actividad para los niños y sus familias.  Aun después de la actividad, algunos de ellos portaban esa plaquita y decían ser misioneros.  Incluso decían que debían vestirse y comportarse como misioneros. Los misioneros retornados recordaron esos bellos tiempos, y los misioneros de tiempo completo estaban felices por las referencias que obtuvieron para sus áreas.

El impacto de esta actividad se vio en toda la estaca.En el barrio de Villa Alejandro, Dasshell Utia y su madre no son miembros, pero participaron de esta actividad. Ellos también sintieron el espíritu, y desde entonces ha habido un cambio en Dasshell. Dasshell se bautizó y su mamá está recibiendo a los misioneros. Dasshell tiene muchos deseos de pasar a los hombres jóvenes para recibir el sacerdocio, y cumplir su labor como diácono.

En el barrio de Pachacamac, Diego y Jeanpierr fueron compañeros. Ellos recuerdan la actividad como una experiencia inolvidable, y más aún cuando llegaron un domingo a la capilla y vieron a una hermana a quien ellos habían contactado durante la actividad. Diego dijo: “Sentí una alegría muy grande, porque fue la primera persona que vino a la capilla, después de haber predicado el evangelio. !Quiero ser un misionero ya!” Ellos están muy emocionados de participar nuevamente en una actividad similar.

En el barrio Lurín, Luis Chávez, quien había estado inactivo por mucho tiempo después de la misión, participó con su hermano menor Zoram. El ver y vivir esta actividad con su hermano, le hizo recordar y sentir el fuerte testimonio que tenía. Ahora es más constante en su asistencia a la capilla. Está resuelto a no dejarse vencer por las adversidades, y mantenerse firme en el Evangelio.

Fue maravilloso ver los cambios de los niños de la primaria y los miembros. Podemos testificar que se cumplió el propósito del Señor, al sentir el Espíritu por medio de cada uno de ellos.

Testificamos que esta es la Iglesia de Cristo y que Él es nuestro Salvador. Somos hijos de un Padre Eterno que siempre nos escucha. Sé que podemos ser instrumentos en sus manos si actuamos según nos indica el Espíritu. Esta es su obra y no habrá nadie quien la detenga.