Ayuda humanitaria en la Iglesia de Jesucristo

Como cristianos, los Santos de los Últimos Días se esfuerzan por seguir el mandamiento del Salvador, de dar a los demás lo que ellos mismos desean (Mateo 7:12). Son innumerables las formas en que los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, incluidos los misioneros, cumplen con su servicio cristiano, ayudan al prójimo y sirven a personas de todo el mundo.

Miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días pasan gran parte de su tiempo ayudando al prójimo a través de un servicio cristiano y amoroso.

¿Cuáles son los primeros dos mandamientos?

Cuando un hombre le preguntó a Jesús cuál era el mandamiento más grande, Jesús le enseñó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mateo 22:37-40)

Como cristianos, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días (en ocasiones referidos como mormones), se esfuerzan por seguir el mandato de Jesús para mostrar amor a todas las personas alrededor del mundo. Adoptan en su vida las enseñanzas de Jesucristo sobre cómo ayudar al prójimo.

Los Santos de los Últimos Días creen que una de las mejores maneras de demostrarlo es a través del servicio cristiano. Inspirados por la misión de amar y servir a los demás (Santiago 1:27; Alma 34:27-29), prestan ayuda humanitaria a los hermanos y hermanas que más lo necesitan y colaboran de distintas maneras.

¿Cómo La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sirve a los demás?

La Iglesia participa en la implementación de proyectos destinados a prestar ayuda humanitaria a decenas de miles de personas alrededor del mundo. La gestión de los proyectos de servicio y ayuda están administrados por organizaciones que hacen parte de La Iglesia, entre las cuales se encuentran: LDS Charities o (Caridades, en español) y Centro humanitario SUD. Adicional a los proyectos internacionales y acciones de servicio cristiano local, La Iglesia desarrolla el programa Manos que Ayudan.

LDS Charities o Caridades

Desde 1985, bajo los principios de responsabilidad personal, apoyo comunitario, autosuficiencia y sostenibilidad”, LDS Charities ha destinado más de 2.2 mil millones de dólares para ayuda humanitaria en 197 países, distribuido en dinero, donaciones y productos.

Solo en 2018, con el apoyo de 1,900 socios, Caridades ejecutó y participó en 2,885 proyectos, presentes en 141 países (Informe anual, 2018).

La rama humanitaria de La Iglesia, ha llevado a cabo diversos programas de ayuda humanitaria. a nivel mundial y de iniciativas locales, dirigidas a proveer agua potable e higiene, así como a brindar apoyo, refugio y material médico en caso de emergencias por desastres naturales, conflictos armados y hambrunas.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es considerada como uno de los mayores donantes de recursos destinados para ayuda humanitaria, especialmente a instituciones como la Cruz Roja Internacional.

En cuanto al área de salud, realizan capacitaciones en temas como reanimación neonatal y oftalmología, además, colaboran con dinero y material para campañas de vacunación.

También, desarrollan un programa que se encarga de proporcionar sillas de ruedas y otros dispositivos de movilidad a personas discapacitadas.

Por último, son los líderes de la iniciativa alimentaria Benson Food, la cual brinda una guía a los beneficiarios para “aumentar su seguridad alimentaria a través de prácticas sostenibles y económicas”, fomentando la autosuficiencia. Las familias aprenden sobre la producción de alimentos en el hogar, la mejora nutricional y el almacenamiento de alimentos. Desde 2006, se ha implementado en 41 países y territorios. Y solo en 2018, en 16 países, se beneficiaron del programa 311,700 personas.

Centro Humanitario SUD

El Centro se creó en 1991 en Salt Lake City, con el fin de entregar artículos de asistencia para emergencias, prestar ayuda humanitaria y capacitar para el desarrollo de habilidades laborales y de autosuficiencia.

Anualmente, el Centro Humanitario SUD envía a más de 100 países, aproximadamente 5.500 de toneladas de ropa y zapatos, 1 millón de artículos de higiene y kits escolares, y casi media tonelada de suministros médicos. Los suministros humanitarios se pueden adquirir cerca de donde se necesitan, según las condiciones del lugar.

En la línea de formación para la autosuficiencia, la capacitación tiene una duración de hasta 18 meses. En su mayoría, los beneficiarios son población en situación de vulnerabilidad, incluidos refugiados e inmigrantes. El propósito es formar a los grupos para que desarrollen sus habilidades, adquieran conocimientos y se preparen para ingresar al mundo laboral. Una vez completada la capacitación, se les apoya con la búsqueda de empleo.

Manos que Ayudan

Además de los esfuerzos globales y numerosos proyectos locales de servicio cristiano y ayuda al prójimo, patrocinados por congregaciones individuales, muchos miembros de la Iglesia también sirven como voluntarios del programa Manos que Ayudan. Hasta la fecha, se han ejecutado proyectos en Latinoamérica, Africa, Asia, Europa, en la zona del Pacífico y en los Estados Unidos. 

Reconocidos fácilmente por sus chalecos amarillos, los voluntarios de Manos que ayudan, brindan servicio y ayuda comunitaria en casos de desastre, con el propósito de proveer mano de obra en momentos de necesidad, en lugar de bienes o fondos.

Los miles de miembros de la Iglesia que han dedicado su tiempo como voluntarios en estos proyectos, ponen en práctica su aprendizaje sobre cómo ayudar al prójimo y testifican que los Santos de los Últimos Días son cristianos que contribuyen al bien de sus comunidades.

Al involucrarse en los servicios de ayuda al prójimo sensibilizan a las personas, quienes buscan seguir el ejemplo del Salvador a tender la mano a los demás. Así mismo, participar en este tipo de acciones, les permite realizar su servicio cristiano y conversar sobre el Evangelio y construir relaciones estratégicas con líderes de la opinión pública.

Algunas de las acciones para resaltar son:

Grupos de voluntarios participaron en la labor de rescate, refugio y consuelo para las víctimas del volcán Fuego, en Guatemala (2018). En otra ocasión, Jóvenes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos han llevado kits de limpieza a un grupo de adultos mayores sin familia del Hogar de Ancianos Ofelia Carvajal de Naranjo, en Costa Rica (2018).  También han hecho jornadas de limpieza en lugares comunales, como es el caso del servicio prestado en el Hospital de Barrio Obrero de Asunción, Paraguay (2017). Otros ejemplos son, la asistencia a damnificados de los tornados en el sur de los Estados Unidos (2011) y servicio de apoyo en California y Hawái (2011).

En febrero de 2018, mediante una ceremonia celebrada en la Alcaldía de Bogotá, Colombia, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días recibió un reconocimiento por su ayuda humanitaria en el país.

En palabras del Secretario de Gobierno de la Alcaldía, Miguel Uribe, ““sin esperar nada a cambio mejoran la vida de los ciudadanos y […] son liderazgos que construyen una ciudad más incluyente y mejor para todos” (noticias mormonas, 2018).

Posteriormente, en agosto, los voluntarios del programa Manos que Ayudan, recibieron a manera de reconocimiento en Puerto Rico, la Medalla de Heroísmo por la Tropa 168 de los Boy Scouts. Se destacaron por su servicio cristiano y las donaciones realizadas para la reconstrucción de la infraestructura tras el paso de Huracán María, el compromiso y participación de los voluntarios para tender a las víctimas y por haber proporcionado refugio, alimentos, medicamentos, ropa y productos de higiene para la gran mayoría de víctimas.

¿Qué hacen los misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para servir a los demás?

Muchos de los miembros de la Iglesia demuestran su amor y servicio cristiano sirviendo como misioneros de forma voluntaria entre 1 año y medio y 2 años. En su mayoría, realizan misiones de enseñanza de tiempo completo, destinadas principalmente a predicar el evangelio de Jesucristo.

Por su parte, las misiones de servicio en la Iglesia, son una opción para los jóvenes que no pueden proseguir las misiones de tiempo completo debido a desafíos físicos, mentales o emocionales. En cuanto a los miembros mayores y jubilados, tienen la posibilidad de continuar con su servicio cristiano y realizar misiones de tiempo completo o de servicio a la Iglesia, tanto de forma individual como en pareja.

La ayuda al prójimo es dirigida de muchas maneras. Estos misioneros destinan su tiempo a auxiliar grupos de apoyo para la recuperación de adicciones; sirven en los almacenes de los obispos en donde se ofrece comida para los necesitados de forma gratuita; ayudan con recursos de empleo; ayudan a satisfacer las necesidades físicas y espirituales de las personas que viven zonas rurales; y socorren en investigaciones de historia familia o la indexación de registros históricos.

En la actualidad, la Iglesia tiene más de 74.000 misioneros en todo el mundo realizando su servicio cristiano y ayudando al prójimo (ver “Programa misional” en datos básicos sobre la Iglesia)

¿Cuál es la importancia?

Jesucristo es el perfecto ejemplo de amor y servicio. Ayudó a todos sin importar su origen o condición. Creía que todas las personas merecen el beneficio de la caridad y la gracia, extendiéndoles su amor. Por ello, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días trabajan para seguir el ejemplo de Cristo, prestando ayuda humanitaria y sirviendo a sus semejantes.

Recursos adicionales:

¿Te gustaría conocer más sobre el servicio cristiano realizado por los misioneros de la Iglesia? Da clic aquí para obtener más información sobre los esfuerzos del servicio cristiano de la Iglesia.

¿Te gustaría realizar acciones para ayudar al prójimo? Visita justserve.org para encontrar la oportunidad de servicio en cualquiera de las diferentes organizaciones.

Contenido Relacionado