
¿Te sientes inseguro? Un becerro de oro no es la respuesta
Un pensamiento sobre Éxodo 24, 31–34.
Cuando Moisés subió al monte para hablar con el Señor, tardó muchos días en regresar. Los israelitas se preocuparon.
En cierto sentido eran nuevos conversos y, aunque habían visto milagros increíbles —como la división del mar Rojo—, su fe todavía no era fuerte. ¡Temían que su profeta se hubiera ido para siempre!, así que le pidieron a Aarón que les hiciera un becerro de oro al cual orar.
Básicamente, cuando las cosas se pusieron difíciles se llenaron de pánico y volvieron a sus antiguas costumbres.
¿Alguna vez has tenido un momento de incertidumbre en el que te sentiste tentado a regresar a un mal hábito? A veces, escuchar al Señor requiere paciencia y queremos darnos por vencidos y centrarnos en otras cosas que nos proporcionen satisfacción inmediata.
¡No caigas en esa trampa! Podemos aprender de los israelitas. (¿Y qué pasó al final?: Al Señor no le agradó que adoraran ídolos). Podemos elegir confiar en el Señor durante el tiempo que sea necesario. Él siempre cumplirá Sus promesas.