Mientras servía en la pequeña ciudad de Tupiza en el sur de Bolivia, un día el Élder Tommy Upshaw y su compañero, el élder Ryan Hamilton, estaban caminando por la plaza principal de la ciudad, cuando un hombre mayor con gafas salió corriendo de su 'centro tecnológico' para saludarlos.
Celestino Orellana les dijo a los jóvenes misioneros americanos que los había visto antes y que quería que vinieran a enseñar inglés a sus estudiantes de informática.
Transcurría el año 1998, y el Sr. Orellana sintió que los jóvenes a su alrededor necesitaban aprender inglés y tecnología para tener éxito.
Cuando hay tantos misioneros reunidos, hay muchos milagros.
Tavia Mathers, ex misionera
'Le ofrecimos un trato', dijo el Élder Upshaw, describiendo la experiencia ocurrida hace 20 años. 'Enseñaríamos una clase en su escuela, si es que Ud. ve un video sobre la Iglesia.'
Orellana estuvo de acuerdo. Una lección se convirtió en otra y luego en otra, y cada una fue acompañada por otro video o mensaje del Evangelio.
'Este hombre calzaba en la definición de un contacto de oro', dijo el Élder Upshaw. 'Tenía una esposa increíble, dos hijas adorables y un hijo.'
Como es normal, el Élder Upshaw y su compañero fueron trasladados hacia otras áreas de prédica poco tiempo después de conocer a la familia Orellana, por lo que sólo pudieron obtener información sobre ellos de otros misioneros que predicaban en Tupiza cuando se reunían en conferencias de zona.

A pesar de las muchas pruebas, Orellana y su familia fueron bautizados, y cuando el ex Élder Upshaw regresó a visitarlo un año después antes de regresar a casa por culminar su misión, le obsequió a la familia Orellana una foto de ellos juntos y escribió en la parte de atrás: ' Les amo mucho. Nunca se olviden de mí, y yo sé que algún día nos volveremos a ver '.
Una razón para volver
20 años después, Upshaw, como muchos otros misioneros retornados, anhelaba volver a visitar los lugares y a las personas a quienes sirvió como un joven misionero, pero no había encontrado una buena oportunidad para hacerlo...
Davis Smith, quien también sirvió su misión en Bolivia, casi al mismo tiempo que Upshaw, había regresado al país varias veces desde que culmino su servicio misional 20 años atrás. Dijo que regresar y ver a las personas cuyas vidas fueron cambiadas por el Evangelio del Señor Jesucristo, es una experiencia que cambia la vida.
'Cada vez que me reúno con misioneros de mi misión -y habiendo laborado fuertemente en mantenerme en contacto con muchos de los amigos que logré en mi servicio misional- les pregunto si han tenido la oportunidad de volver a Bolivia y mayormente me dicen: “No, pero quiero hacerlo. Me muero por volver, pero aún no he sido capaz de encontrar la manera de llevarlo a cabo', dijo Smith.
Smith quería que otros tuvieran el mismo tipo de experiencias que él al regresar, así que, hace un año, después de reunirse con algunos viejos compañeros de la misión que también habían podido regresar a Bolivia, Smith decidió que necesitaban crear una razón para que todos regresaran.

Los cuatro amigos fijaron una fecha. Luego comenzaron a contactar a todos los que conocían de la misión.
El 23 de octubre de 2018, cerca de 70 ex misioneros, provenientes de diversos lugares de los Estados Unidos y Sudamérica, llegaron al Templo de Cochabamba Bolivia.
Reunidos en la casa del Señor
'La mayoría de la gente nunca había visto el templo dedicado', dijo Smith.
El Templo de Cochabamba fue dedicado en abril de 2000, después de que la mayoría de los misioneros con los que sirvió el Elder Upshaw volvieron a sus hogares.
Ginny Watts recuerda haber visto la dedicación del Templo de Cochabamba desde Utah después de regresar de su misión, y haber deseado estar allí, en Bolivia, para ver el edificio terminado ya que había estado en construcción durante gran parte de su misión.
Después de la reunión, Watts dijo: 'Fue una gran alegría ver el templo terminado para servir allí'.
Juntos, el grupo llenó el Templo completamente cuando entraron para participar de una sesión. “Se colocaron sillas extras para que todos entraran”, dijo Smith, e incluso entonces, algunos de los exmisioneros tuvieron que participar de una sesión adicional.

'Sentado en la sesión, estaba en la primera fila, mirando hacia atrás y viendo las caras de todos estos misioneros con los que serví, fue como si entendiera a Alma y a los hijos de Mosíah cuando se reunieron de nuevo después de todos esos años. ... Fue una experiencia hermosa', dijo Smith.
Tavia Mathers, otro ex misionera del grupo, agregó: 'Sentí que era sólo un vistazo a las eternidades cuando nos reunimos todos de diferentes lugares'.
Una reunión, muchos milagros
Por la tarde después de reunirse en el templo, el grupo de exmisioneros sirvió en un orfanato local. Luego se reunieron en la noche en una Charla Fogonera con algunos de sus antiguos investigadores de Cochabamba en la que muchos compartieron sus testimonios.
Al día siguiente, se separaron para viajar por todo el país buscando a sus conversos y amigos, la mayoría de los cuales no habían visto en más de 20 años.
'Creo que esto no sólo impulsó nuestros propios testimonios, sino que encendió un fuego con la gente con la que pudimos reencontrarnos, incluso si no estaban necesariamente activos', dijo Mathers. 'Cuando hay tantos misioneros reunidos, hay muchos milagros'.

Orquestación del Señor
Para Shawn Moore, uno de los milagros más grandes fue ver cuán articulado está todo y cuán elocuente es el Señor en Su orquestación.
Moore había regresado a Bolivia por su cuenta unos 15 años antes del viaje de la reunión de la misión. Cuando lo hizo, oró para poder encontrar personas que conoció durante su misión.
'En mi primer domingo en Bolivia, la primera persona que vi fue a Betsabe, la segunda persona que enseñé y bauticé', dijo Moore, explicando que la encontró en una capilla a la que nunca antes había asistido, en una zona desconocida.
'Este año, por casualidad, fui a esa misma capilla en mi primer domingo', continuó Moore. 'En el mismo banco donde vi a Betsabe 15 años antes, se sentó otra[mujer] que yo había bautizado. Inmediatamente me quedé absolutamente asombrado de lo bondadoso que es Dios'.
La mujer, de nombre Natividad, había regresado recientemente a la Iglesia con sus dos nietas que habían sido bautizadas unos meses antes.
'Nos abrazamos y me dijo que había llegado en un momento especial y crucial de sus vidas', dijo. 'Mi presencia allí fue un testimonio para ellos y para mí de lo mucho que el Señor se preocupó por ellos y su viaje.'
Durante su viaje, Moore también se reunió con un joven al que había enseñado llamado Toño Daza. Moore había enseñado a Daza cuando era adolescente, y él más tarde sirvió en una misión, se casó y sirvió como obispo.
'Todos lo aman como obispo, y ha sido un milagro para muchos miembros de su barrio', dijo Moore. Y entre los miembros de su barrio se encuentra a la familia de Betsabe. Aunque Betsabe murió hace dos años en un trágico accidente de autobús, su esposo y sus cinco hijos sobrevivientes dijeron que Daza fue fundamental para ayudarlos a superar la pérdida de su esposa y madre. 'Estoy muy sorprendido de lo crucial que es la mano del Señor en nuestras vidas', dijo Moore. 'Dios es bondadoso.'
El fruto que no podían ver
“Es una experiencia increíble ver el fruto, o lo que aprendimos como misioneros”, dijo Smith, señalando que los misioneros a menudo nunca llegan a ver lo que sucede con las semillas que han plantado.
'Siempre he sentido que mis conversos son mis conversos para siempre', dijo Smith, riendo. 'Y le dije a algunos de ellos: 'Lo que no te diste cuenta cuando te comprometiste a bautizarte conmigo es que vas a tener que tratar conmigo por el resto de tu vida''.
En Tarija, Bolivia, las semillas de muchos misioneros son particularmente evidentes a través del fruto derivado de la conversión de un hombre.
Naval Sánchez era un jugador de fútbol profesional a finales de los 90, y además de competir casi todos los domingos, disfrutaba de pasar tiempo bebiendo con sus compañeros de equipo.
La esposa de Sánchez y su hijo de 8 años se habían estado reuniendo con los misioneros por un tiempo y quería bautizarse. Sánchez también disfrutó de los mensajes compartidos por los misioneros, pero sintió que no estaba listo para ser bautizado porque no quería cambiar su estilo de vida.
Fue entonces cuando apareció un joven llamado, David McConkie.
'Algo del élder McConkie lo tocó,' dijo Smith, 'y terminó bautizándose después de su esposa e hijo.'
Poco después de que Sánchez fuera bautizado, McConkie fue transferido a una nueva área y Smith fue transferido a Tarija. Cuando llegó allí, la familia Sánchez estaba comprometida y dispuesta a todo cuando se trataba del evangelio.
'De hecho, nos mudamos a su casa', dijo Smith. 'Quiero estar lo más cerca posible de esta persona porque va a convertir a todo su vecindario.'
Y considerando que la mitad del vecindario estaban relacionados con los Sánchez, eso resultó ser cierto. Durante su estancia allí, Smith bautizó a cinco o seis personas vinculadas con Sánchez. Pero ahora, 20 años después, Smith y McConkie dijeron que ambos estaban sorprendidos por el poderoso efecto del Hno. Sanchez.
'Ahora, más de 30 integrantes de su familia son miembros de la Iglesia', dijo Smith. Y la pequeña rama que alguna vez fue la única presencia de la Iglesia en Tarija, ahora es un centro de estaca con 18 misioneros en el área donde antes sólo predicaban dos.
Tanto Smith como McConkie regresaron a Tarija en su reciente viaje, y notaron la inmensa fuerza que sintieron de los miembros en el área y su entusiasmo por reunirse con los Sánchez después de todos estos años después.
'Fue una reunión alegre', dijo McConkie. 'Volver ahora y ver que la rama se había convertido en una estaca les generaba un sentimiento desbordante. Tantas familias han sido vitales para el crecimiento de la Iglesia'.

Algún día
McConkie notó que los esfuerzos combinados, recuerdos, fotos y relaciones de los varios misioneros ayudaron a muchos a encontrar familias y conversos que tal vez nunca hubieran
podido encontrar por sí mismos. Fue increíble ver la mano del Señor logrando que cada uno de ellos extendiera su red de amigos que derivaron en que se conviertan al Evangelio, dijo Smith.
Y para Upshaw, la ayuda del Señor fue particularmente significativa en un caso.
Cuando Upshaw le prometió a Orellana hace 20 años que volverían a verse algún día, lo dijo en serio. Antes de llegar a Bolivia, Upshaw hizo su tarea, sabiendo que si había una sola persona que podía ver en el viaje, quería que fuera el Hno. Orellana.
Encontró que aunque la familia de Orellana todavía vivía en Tupiza, Orellana estaba frecuentemente en La Paz debido al tratamiento médico que recibía allí. Así que Upshaw y su esposa planeaban viajar a La Paz para encontrarse con Orellana. 'Una vez que planeamos nuestro viaje nos enteramos de que el Presidente Nelson estaría en La Paz el mismo día que nosotros', dijo Upshaw, señalando que sólo tenían 24 horas en la ciudad donde miles de personas estaban viajando para escuchar las palabras del profeta.
Una vez que aterrizaron en La Paz, Upshaw se angustió al descubrir que su teléfono había dejado de funcionar. Orellana tampoco había oído hablar de un plan para reunirse, así que él y su esposa se dirigieron a la zona de El Alto, donde hablaría el Presidente Nelson.
'Estaba tan desanimado cuando salimos de nuestro hotel para ir a la Charla Fogonera que no recibimos respuesta alguna de[Orellana]', dijo Upshaw.
Después de llegar al lugar, Upshaw se dio cuenta de que ni siquiera podía contactar a su amigo que tenía los tickets de la charla Fogonera para ellos porque su teléfono aún no funcionaba.
'Así que aquí estamos, dos gringos, parados afuera de un auditorio esperando una conferencia sin tickets, sin conocer a nadie, sin manera de contactar a nadie, y desanimados porque la posibilidad que teníamos para encontrar a la persona que veníamos a ver, estaba cerrada', dijo Upshaw.
'Entonces empezaron los milagros.'
Una vez que pasaron la seguridad, todavía no sabían la asignación de sus asientos y, con miles de personas a su alrededor, caminaron sin rumbo dentro del recinto. De pie en medio de una gran multitud, Upshaw de repente escuchó su nombre antes de ser abrazado instantáneamente por una hermana boliviana que estaba llorando. Otra mujer se acercó a ellos que también estaba llorando.
'No tenían idea de quiénes eran estas personas y por qué me abrazaban', dijo Upshaw. 'Y entonces me di cuenta. Fueron las hijas[de Orellana], Nivia y Daniela'.
Después de abrazarse de nuevo, Upshaw preguntó por su padre y se enteró de que estaba de pie a la vuelta de la esquina y que su familia tenía espacio para que Upshaw y su esposa se unieran a ellos. Toda la familia se había reunido para la Charla Fogonera, explicó Upshaw.
'La alegría que sentí al ver a este hombre después de casi 20 años... me dejó sin palabras', dijo Upshaw. 'Mientras me sentaba en ese auditorio... lloramos. Amaba a esta gente hace 20 años, y los amaba en ese momento'.
Fue un pequeño momento en el tiempo, pero conectó a dos familias, a través de su amor por Cristo, a través de los años y los continentes. Fue el momento en que todo se sintió completo, explicó Upshaw, y lo dejó sin palabras.
'¿Quién iba a pensar, ese día en que Celestino atravesó la plaza, que terminaríamos aquí, escuchando al profeta de Dios en Bolivia con su familia?' dijo Upshaw. 'Tengo mucho gozo y felicidad. Soy tan bendecido.'







